lunes, 3 de enero de 2011

Resumen de los capítulos de Sweezy

SEGUNDA PARTE: EL PROCESO DE ACUMULACIÓN

5. La acumulación y el ejército de reserva.

Cuando se habla de reproducción simple nos referimos a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones. Para ello es necesario la reposición del capital gastado y el uso de la plusvalía en el consumo, a la vez que los obreros gastan todo su salario en el consumo. Si no ocurre esto o bien hay una acumulación de capital o bien un agotamiento de la existencia de los medios de producción.

Es decir, el valor del capital constante usado en la rama de artículos de consumo debe ser igual valor de las mercancías consumidas por los obreros y capitalistas dedicadas a producir medios de producción, de este modo no cambia la producción al año siguiente.

Estos valores de uso no son nunca el fin real del capitalista, pues prosigue la acumulación de capital para la creación de plusvalía, fuerza motriz del sistema capitalista.

El capitalista ansía la acumulación de riqueza, es un efecto del mecanismo social ya que no es una pretensión o instinto humano, el deseo del capitalista de aumentar el valor que controla, proviene de su posición especial en la organización productiva social .La acumulación de capital trae consigo una mayor posición social, estatus y sobre todo, poder. El éxito en la sociedad capitalista consiste en acumular capital propio.

Por otra parte, para mejorar el proceso de acumulación se busca la máxima eficiencia, la mejora de tecnológica. Esta mejora necesita de desembolsos de capital muy importantes, por tanto para conseguir esta mejora constante es necesaria una inversión constante que conlleva una acumulación incesante.

La posición social y el poder, van unidas pues a la acumulación de capital. De todas formas, aunque el deseo de acumular existe, existirá también está el deseo de disfrute (de ahí el consumo, el lujo).

Los capitalistas, en definitiva, quieren acumular y a la vez, consumir. Pero estas dos cosas en realidad, son contrapuestas: a más de la una, menos de la otra.

Podemos hablar también de dos teorías relacionadas con esto último:
Teoría de la espera. Capitalistas desean finalmente consumir todo lo que poseen, acumulan, en definitiva, para el disfrute posterior.

Teoría de la abstinencia. El interés del capital es el premio de la abstinencia. Ambas operan en defensa de la plusvalía, del “status quo” pues la visión que tienen del porqué de la acumulación es errónea.

Cuando se habla, por otro lado de reproducción ampliada esta muestra la interrelación de ofertas y las demandas cuando la acumulación es tomada en cuenta, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía sino que esta se divide en tres partes:

A. Consumida por los capitalistas.
B. Agregada al capital constante.
C. Agregada al capital variable.

Sweezy en este capítulo de revisión de teoría marxista se centra en esta, es decir en la demanda acrecentada de fuerza de trabajo. Sweezy parte del hecho indudable de que la acumulación implica un aumento de la demanda de fuerza de trabajo.

En el caso de la mercancía, el mecanismo regulador de la oferta y la demanda hace que, ante la demanda de un artículo, este suba de precio hasta que, con la entrada de competencia, el precio descienda. Pero esto no pasa con la fuerza de trabajo, porque no puede producirse. Es decir, hay mucha dificultad en aplicar la ley de valor a la mercancía de trabajo.

Se plantea una cuestión ¿Podrían entonces crecer los salarios hasta el punto de que la brecha entre el salario y el valor del objeto productivo desaparezca, es decir, el plusvalía? Nunca, pues sería la crisis total del capitalismo.

Marx entenderá que para que esto nunca ocurra, para el mantenimiento de la plusvalía, hay que mantener los salarios bajos y la existencia de un ejército de reserva. Este ejército de reserva sería una masa de obreros desocupados que, mediante su competencia ejercen una presión constante, hacia bajo, en el nivel salarial.

El ejército de reserva se recluta especialmente por los desplazados por la maquinaria y materiales a expensas de los trabajadores.

Aún así la tasa de acumulación o la introducción de maquinaria para ahorrar trabajo no marchan a un paso igual para mantener un delicado equilibrio de los salarios con la plusvalía. Por el contrario, con la acumulación y el desarrollo de la productividad del trabajo crece también la expansión rápida del capital.

Un crecimiento muy rápido de la acumulación del capital puede ser el resultado de un nuevo mercado o una nueva industria, vaciándose el ejército de reserva y decreciendo la plusvalía.

Pero tan pronto esta disminución toca el punto en que el trabajo excedente que nutre el capital no es suministrado en volumen normal, se produce una reacción, comentara a Sweezy al hilo de Marx: se capitaliza una parte menor del ingreso, la acumulación se retrasa y el movimiento al alza de los salarios se detiene. Pues la disminución de la plusvalía pone en peligro el sistema.
Las crisis sirven para la reconstrucción del ejército de reserva por parte del sistema capitalista.

Sweezy señala que mientras en la teoría económica clásica los cambios en los métodos de producción son considerados esencialmente fortuitos en la teoría marxista se convierten en indispensable para el mantenimiento de sistema capitalista, pues es principalmente por las innovaciones tecnológicas como se recluta el ejército de reserva.

La noción marxista subraya principalmente los cambios que ocurren en los métodos de producción y lo que esto implica, la modificación de la organización social de una forma cualitativa a la vez que un cambio cuantitativo en las variables económicas como tales.

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